sALUD LABORAL
La negociación colectiva (NC) es la vía idónea para adaptar los nuevos retos y objetivos de la seguridad y salud en el trabajo recogidos en la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023 – 2027.
A través de la NC se ha de adaptar, en materia de salud laboral, los cambios que produce la digitalización y establecer un plan de formación de salud laboral para los trabajadores y trabajadoras.
Hemos de garantizar también la seguridad y salud laboral de las personas teletrabajadoras y evitar los riesgos psicosociales como el aislamiento social y el tecnoestrés. En relación a la prevención de riesgos laborales han de tener la misma incidencia que en el trabajo presencial. Prestando especial atención a la evaluación de riesgos a realizar y a las medidas específicas a desarrollar. En particular, deberá tenerse en cuenta la distribución de la jornada, los tiempos de disponibilidad y la garantía de los descansos y desconexiones durante la jornada.
Adquiere, además, particular relevancia, la lucha contra el acoso, por sus mayores dificultades de prevención y control y por sus rasgos particulares (ciberacoso).
Las políticas de seguridad y salud laboral no han prestado la suficiente atención a la perspectiva de género. El enfoque de género aplicado a la salud laboral debe abordarse desde una visión más amplia, atendiendo a las diferencias de género en cuanto a la exposición a los riesgos, la prevención de éstos y las diferentes consecuencias que tienen para la salud.
Durante mucho tiempo la preocupación por la salud laboral de las mujeres se ha limitado a proteger la maternidad, sin tener en cuenta otros aspectos que también la condicionan. Se deben analizar aquellos sectores y puestos de trabajo feminizados, que hace a la mujer estar expuesta a riesgos y enfermedades específicas.
En materia de formación en prevención de riesgos laborales todos los convenios estatales, y aquellos sectores en donde todavía no exista esa unidad de negociación, deberían conseguir contenidos formativos que, con carácter de mínimos, afectasen al menos a:
- Delegados de prevención (intentando equiparar su formación con el curso de 50 horas del nivel básico).
- Todos los oficios o especialidades.
Además, en aquellos convenios estatales donde ya estuviera consolidada esta formación, deberían regularse acciones de reciclaje sobre la misma (p.e. construcción).
En lo relacionado con la siniestralidad laboral, y su actual e imparable ascenso, obliga a reivindicar nuevas figuras preventivas que ayuden a frenar y descender estos índices.
Figuras como el delegado de prevención sectorial, o para obra determinada, y la creación de comités intercontratas en las empresas de subcontratación, deberían implantarse en aquellos sectores donde nuestra representación sindical se presenta especialmente dificultosa.